Este es un texto que te invita a que te preguntes ¿Cómo te estas alimentando? No es un texto para que identifiques si lo estas haciendo bien o mal, ya que el objetivo no es sumergirnos entre la dicotomía del castigo o la aprobación de nuestros comportamientos y pensamientos. Me gustaría compartir contigo que es esto de la “Alimentación Consciente”, esta practica que esta tan en auge, pero que no tiene nada que ver con la moda. Todo lo contrario, tiene que ver con entender varias cosas del aquí y el ahora, teniendo una perspectiva creativa y critica frente a lo que varios medios nos pueden vender como saludable, entendiendo que cuando hablo de alimentación no solo me refiero a los diferentes alimentos (comida) que existen o conocemos, sino, me refiero a todo lo que permites que entre a tu cuerpo y a tu mente. Porque, finalmente todo es un alimento que nos nutre, nos enferma o que transita por nosotros de una manera u otra. Somos alimentados por el devenir de la vida y en este mismo devenir, nosotros alimentamos a nuestro entorno también.
En este sentido te alimentas de la atmosfera en su totalidad y te alimentas de ella te des cuenta o no, sin embargo, la perspectiva cambia cuando lo haces de una manera consciente, es decir, cuando te das cuenta de como lo estas haciendo o que estas permitiendo que te alimente bajo tu “no permiso”. Si pones en practica este “darte cuenta” Las cosas pueden comenzar a cambiar y puedes encontrar un equilibrio entre lo que permites y lo que necesitas; ya que cuando te permites “hablarte feo” te estas alimentando de maltrato, cuando “no te prestas atención” te estas alimentando de olvido, Cuando “pasas por encima de tus principios” te estas alimentando de no valía, cuando identificas tus necesidades de autocuidado y haces cosas como “hacerte masajes en tus pies” te estas alimentando de cuidado, cuando “te conectas con tu propósito” te estas alimentando de sentido. Y todos estos alimentos construyen tus hábitos y tus hábitos tu día a día y tu día a día construye tu vida.
Alimentarse de manera consciente tiene que ver con el propósito de tu alimentación, realmente has identificado ¿Qué te gusta y con que propósito tienes este gusto? Te ha pasado que te alimentas y no sientes saciedad, únicamente llenura o te ha pasado que realizas una actividad y luego de ello no sientes confort, únicamente te sientes cansado o cansada “sin algún sentido aparente”, has sentido que no te das cuenta si tienes hambre o no “que dudas de tus necesidades”. Todas estas sensaciones pueden provenir de la vida en automático que nos hemos sentido obligados a adoptar. Haciendo que, por ejemplo: “escuchemos” a nuestros hijos en tanto también revisamos el correo, “veamos” una película mientras que recibimos una llamada, “asintamos” con la cabeza, en tanto no nos damos cuenta que estamos aceptando. “Nos alimentamos” en cualquier momento y con cualquier cosa, sin saber que estamos ingiriendo; todo ello hace que sigamos dietas, sin saber, si es realmente lo que necesitamos.
Como lo diría el biólogo Jonn Kabat-Zinn pionero del mindfulness, Prestar atención intencionadamente a nuestra alimentación. Es decir, hacer elecciones continuas a propósito sobre los alimentos que ingerimos. Ello amplia tu consciencia corporal (cuerpo), mental (pensamientos) y psicológica (afectiva, emociones) en este caso en referencia a los alimentos. Al entrar en este modo, es probable que puedan pasar dos cosas, entre muchas otras, que lo dejes pasar (si deseas seguir igual) o que te preguntes ¿Qué es lo que esta ocurriendo? Y parte de la respuesta esta entrelazada con: 1. Que te des la oportunidad de aceptar tu realidad y 2. Que te permitas darte cuenta. Eso te lleva a entender que dentro de tus acciones algo no esta funcionando tan bien como lo creías o como lo pensabas. Y ahora lo sabes, aunque no tienes claridad de que es.
Este es un paso importante, porque al pasar por esta molestia o esta sensación de insatisfacción, la vida te esta invitando a revisar tu día a día, te esta invitando a revisar que esta pasando dentro de “Juan, Marcela, Paola, Carlos, Pedro etc…” para tener esta sensación. Me gustaría hacer una aclaración en este momento del texto, y es, la vida te puede estar invitando a revisarte, pero ten cuidado, no te confundas, No te esta invitando a que te auto diagnostiques, tampoco a que entres en un mar de actividades desenfrenadas para autocorregirte, siendo salvaje contigo mismo y esclavizándote en diferentes practicas que “Quien sabe de que te estén alimentando”.
Se amoroso, amorosa contigo, vive transiciones suaves y en esta alimentación consciente del aquí y el ahora, date cuenta de que te estas alimentando. Vive en cada alimento el proceso por el cual este tuvo que pasar para llegar a tu mesa. ¿es un alimento industrializado?, tal vez, ¿es un alimento que proviene del campo?, ¿es un alimento que tiene cargas químicas, de azucares etc?, ¿es un alimento coherente con el estilo de vida que deseo tener y mi propósito personal?, ¿en cuanto tiempo ingiero un alimento?, ¿almuerzo en 15 minutos, salgo corriendo y es así todos los días? Todas estas preguntas te cuestionan si realmente te das el espacio de percibir aromas, sabores, texturas y sensaciones que te generan los alimentos, desde el lugar de su procedencia hasta tu mesa, si realmente te permites darte cuenta de las cantidades y proporciones necesarias para tu cuerpo.
Al identificar estas respuestas se compasivo contigo mismo, esta compasión te guiara a querer solucionarlo de manera amorosa, y cuando te encuentres allí frente a tu cena ya no la vas a ver con los mismos ojos, ahora vas a verla con todos tus sentidos y te saciaras con todos ellos, permitiéndote alimentarte. Vive todo este proceso sin juicios, te invito a que comiences a explorar en tus emociones, que honres tu deseo de cambio y a que cuides la relación contigo mismo. No entres en actividades desenfrenadas de autocastigo. Vive un proceso amoroso y disfruta de los alimentos de forma consciente, aceptando que vivimos en un constante aprendizaje y que ante los obstáculos siempre tenemos la posibilidad del cambio si realmente es lo que quieres.
“Cultivando en nosotros podemos entregar la sabiduría de nuestro propósito”